En Gran Bretaña, El Barings Bank fue la institución financiera más antigua y contaba con una cartera de clientes importantes y prestigiosos como la Reina de Inglaterra. El origen de la entidad se remonta desde el año 1762 en Holanda, cuando la institución se dedicó a la financiación del negocio de lana pero al tener gran posicionamiento, la entidad creció por la sucesión de éxitos profesionales y la gran fortuna inmobiliaria que generó. Debido a esto, el Barings Bank logro diversificarse en otros sectores relacionados con el comercio internacional.
La familia Barings mantuvo el poder y control de su empresa hasta 1995, momento en que las sucesiones de poder se dieron con la venta de la fundación Barings, con ello, se acabó con el control de la dinastía Barings por 233 años.
Por otro lado, el personaje central de la historia del Barings Bank es Nick Leeson, hijo de un yesero, y cuyo duro esfuerzo y ambición lo llevaron muy lejos. Leeson empezó su carrera profesional en la oficina del banco Coutts & Company, luego consiguió un puesto de trabajo como asistente de operador en la sucursal londinense de Morgan y Stanley, donde obtuvo muchos de sus conocimientos y experiencias en inversiones financieras.
En Singapur, en el año 1990, con una creciente demanda de operadores en mercados a plazos, Leeson se vio tentado por dicha oportunidad. Debido a ello, es que se logra unir al equipo de operadores del Barings Bank y luego en los mercados a plazo de Japón y en mercados financieros de productos derivados. De esta manera, con su arduo esfuerzo y convicción logró conseguir varios éxitos en su puesto de trabajo y a su vez consiguió aumentos salariales y onerosas primas anuales que compensaron su labor.
En este momento de su vida, a la temprana edad de 30 años y logrando tantos logros personales como empresariales, generaron en él una ambición muy profunda que buscó su beneficio propio desviando su visión empresarial a una no ética. De esta manera, sacándole el mayor provecho a sus facultades en el mercado de productos derivados y a la confianza que le tenía la entidad bancaria. Por consiguiente, cuando el desastre que había cometido salió a la luz, Leeson no tuvo otra escapatoria que huir.
El 2 de marzo de 1995, Leeson fue arrestado por la policía de Frankfort y luego devuelto a la justicia de Singapur para pagar por sus delitos en el país donde ocurrieron.
Para entender mejor las operaciones que beneficiaron a Leeson, primero se debe entender el entorno donde las realizaba. Este era un mercado donde se realizaban contratos de opción o a plazo acerca de todo tipo de activo, ya sean estos materias primas, divisas, índices bursátiles, etc.; y donde la herramienta más útil era la especulación. Esto se debe a que se realizan apuestas en un ambiente de incertidumbre, así podrá tener mayor rentabilidad de los productos derivados (opciones y futuros que dependen de las oscilaciones de otros productos que son tomados como referencia, pueden ser estos las materias primas, acciones, bonos, entre otros).
El grave error que cometió Leeson fue el de comprometer al banco Barings en dos contratos:
- el primero era un compromiso con derivados sobre valores japoneses de rendimiento variable por una suma de 7000 millones de dólares,
- y el segundo se trataba de derivados del índice del Nikkei y sus tipos de interés por un cuantioso monto de 20000 millones de dólares.
El siguiente es un cuadro que muestra la estructura organizacional de Barings Bank de 1993.
En este cuadro se puede apreciar que Barings Securities (el area que manejaba Nick Leeson en Singapur) no tenía ningún área de control de inversiones que lo supervisara.
Lo que inicialmente parecía un negocio rentable dado que el índice del Nikkei estaba en alza y por ende los tipos de interés se reducirían, no resulto serlo por acontecimientos inesperados que afectaron directamente a dicho proyecto tales como el catástrofe natural de Kobe (terremoto que paralizó a Japón en el año 1995) y la amplitud de sus consecuencias financieras.
A pesar del parálisis económico en Japón, la ambición de Leeson persistió, apostando nuevamente todos los recursos de la entidad inclusive los que no estaban asignados para dichas operaciones con la finalidad de cubrir sus pérdidas iniciales sin analizar y prever que el mercado no se iba a restablecer. Asimismo, para encubrir la ineficiencia en sus operaciones llegó a ocultar las pérdidas en cuentas inusitadas del banco y evadió todos los controles de auditoría interna del Barings Bank y reportando ganancias en vez de pérdidas. De esta manera, dicha institución financiera llegó a obtener una deuda cuantiosa que no pudo cubrirla ni manejarla, con lo cual se fue a la quiebra.
El apalancamiento y la liquidez ofrecida en los contratos a futuros, como los malos préstamos e inversiones, y la avaricia fueron motivos suficientes para la ruina de esta institución.
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